Viaje a la semilla
(El niñopan, los tlaloques, el agua y las semillas)
Resumen
El dos de febrero, el día que se conmemora a la Virgen de la Candelaria, en el atrio de la iglesia de San Bernardino de Siena, se celebra quizá la principal ceremonia del pueblo de Xochimilco, se trata de la presentación de un Niño-Dios —al que se conoce popularmente como el Niñopan— ante la casa de Dios. En ese día, en peregrinación, cientos de personas que llevan en sus brazos réplicas de Niños-Dioses, acompañan al Niñopan; es de resaltar que algunos peregrinos llevan imágenes de niños dioses acostados en canastas, los cuales están rodeados de semillas, chayotes, flores y candelas. La finalidad de esta ceremonia es ir a recibir el agua bendita que los sacerdotes católicos con unos ramas bendicen masivamente a los Niños-Dioses, semillas y veladoras. Se ha señalado en diversos estudios, cómo las devociones marianas integraron a su fe, los cultos alusivos a deidades prehispánicas asociadas a la fertilidad, agricultura, fecundidad, astros, cerros, al agua y a la tierra, entre otros aspectos; en ese sentido, propongo en este trabajo que la fiesta del Niñopa, y por extensión el culto a los Niños-Dioses, habría que considerarlo como derivación del complejo numérico mariano y que tendría que relacionarse con los cultos del agua y festejos agrarios.