Ética y lazo social
Resumen
En el hacer cotidiano del equipo de salud, aparece no solo la pregunta sobre si se hacen bien las cosas sino una interrogación ética sobre que es "hacer el bien" para el paciente. "El bien" no es un valor absoluto, sino que aparece como una pregunta en aquellos casos en que la cura es incierta, los procedimientos riesgosos o dolorosos. El costo puede ser alto, no sólo en lo económico, sino para la cotidianeidad del paciente y su Familia. El hacer o el no hacer, en estos casos genera el espacio para la pregunta ética para la que no existen certezas ni respuestas únicas. Es importante la cabida de la palabra de las diferentes personas involucradas en la decisión que puedan evaluar lo individual de cada situación. Tomamos el "curar" y el "cuidar" como dos valores importantes a tener en cuenta, ya que en una sociedad donde la postergación de la muerte se antepone a todo valor, se excluye en ocasiones el cuidar en un intento inútil de prolongar la vida aunque sólo signifique la prolongación del sufrimiento. Múltiples son las maneras de cuidar, allí donde no es posible curar, como el proporcionar confort, paliar el dolor, acompañar y escuchar al paciente y a la familia. Transmitir los riesgos de los tratamientos, informar sobre la incurabilidad de una enfermedad, indicar una amputación, proponer un trasplante, pedir la donación de órganos o una autopsia para clarificar un diagnóstico y el acompañamiento del paciente moribundo sólo pueden ser posibles cuando la situación tiene como soporte un equipo entrenado y que funcione como tal. Prevenir los problemas de salud mental de los profesionales de la salud requiere la intervención en el diseño de condiciones de trabajo que contemplen su cuidado.