Prórroga - Convocatoria núm.62 : "Cine. Cuerpo y subjetividad"

2024-03-18
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Coordinación: Nadina Perrés, Marina Lieberman & Diego Vargas

 

"Hacer cine es escribir en una página que arde"
– Paolo Pasolini

El cine tiene sus orígenes en la fotografía y el daguerrotipo. Inicialmente se concibió mudo por la falta de herramientas tecnológicas para incorporar sonidos y en algunas ocasiones se hacían proyecciones con música en vivo. Las tecnologías fueron evolucionando los modos en que se proyectaban las cintas y los espacios para asistir a ellas. Sospechamos que también los modos en que los cuerpos muestran estos efectos han constituido una diferente forma de experimentar el cine. Pensemos por ejemplo, la experiencia de los primeros actores teatrales que tuvieron que mudarse detrás de una pantalla sin conocer los efectos directos en sus espectadores presentes. Como dijera W. Benjamin sobre ellos: la pequeña máquina representa ante el público su sombra, pero él tiene que contentarse con representar ante la máquina. 

La experiencia se transforma. 

Del otro lado de la moneda están los cuerpos afectados de los espectadores por los modos en que los guiones, direcciones, producciones, actuaciones están mediados y acentuados por las tecnologías, efectos visuales, animación, entre otros. Ahora bien, en este transitar de la historia del cine también se han visto transformados los ethos para la experiencia cinematográfica. Las salas de cine y sus instalaciones, también hacen una diferencia en los modos en que los cuerpos de los espectadores pueden recibir-narrar-apropiarse-desearse en cada proyección. Pero más aún, la experiencia de salir de casa para ir al cine, elegir la sala (hoy por hoy, VIP, sala tradicional, 3D, 4D, interactiva, entre otras), que también está interpelada por las condiciones sociales, la elección de la compañía y los modos de vínculo. 

Durante el tiempo que dura la película nos comprometemos a quedarnos ahí y recibir lo que artistas hayan decidido darnos. Lo colectivo de la experiencia es muy importante: reírnos o llorar juntos, que todos nos oigan lanzar alguna interjección, un suspiro, o un grito que contagia a todos y después carcajearnos del susto grupal, por ejemplo. Lo que el arte provoca involucra al otro, o a compartirse en el otro bajo las posibles reflexiones suscitadas en las subjetividades. Vamos al cine para encontrarnos con otros, para entregarnos a otras historias y otras vidas, para olvidarnos de las nuestras por un rato. 

Ir al cine es una experiencia colectiva, que afecta los cuerpos. Nos adentramos en una burbuja oscura y silenciosa y -como dice Barthes- nos dejamos hipnotizar.

Salir del cine (otra vez Barthes) es ser paridos de nuevo. Deslumbrados y entumidos nos estiramos hacia el mundo de lo cotidiano. Recuperamos nuestros ojos, oídos, voces y piernas para retomar las vidas que habíamos dejado interrumpidas ahí adentro. Un pasaje muy cercano que va de lo onírico a la vigilia. 

Si, siguiendo a Benjamin, el cine provocaba un modelo de percepción sensorial, un cambio de sensibilidad, un nuevo modo de sentir y de entender lo que se siente, entonces ¿Qué ha sucedido con el fenómeno social de “ir al cine” y con la experiencia estética de las y los espectadores? ¿Cómo pensar los cines de verano, cines al aire libre, los cineclubes, frente a los nuevos fenómenos que se ofrecen por streaming?

En la actualidad, la experiencia que podemos tener con los medios audiovisuales es amplísima, no solamente a través de nuestros canales sensoriales, sino a través también de nuestras expectativas de algo inacabado como la saga de una película o el siguiente capítulo de una serie proyectada en streaming. Además, la oferta de contenidos ha aumentado de manera exponencial, especialmente en los últimos veinticinco años, y estos son parte relevante de las conversaciones entre personas. No solamente se citan escenas y diálogos sino que se pueden reproducir, ahí mismo en el lugar de la reunión, en un dispositivo móvil o en la pantalla doméstica. Se podría decir que ahora no solo vamos al cine sino que lo tenemos y traemos con nosotros.

Es evidente que las fantásticas posibilidades que nos ofrecen las plataformas y el streaming para ver películas y series en las salas de nuestras casas, solos o en compañía, son experiencias diversas que en poco o nada se parecen a ir al cine. 

El cine crea realidades, nos permite comprender la condición humana, tiene un papel fundamental en la representación y la construcción de la subjetividad. La historia nos ha llevado a pensar en las posibilidades de transformarse, de sentir, de enamorarse, de enfermarse, de vivir y de morir de los personajes, algunos que nos acompañan por el resto de nuestras propias historias.

Los cambios en las formas de representar los cuerpos y las emociones están plasmados en las películas y actualmente las series. 

El cine nos permite ver cosas invisibles para los torpes sentidos y nos habla de lo que no podemos decir. Es una herramienta para conocer la diversidad de experiencias corporales. Nos abre ventanas hacia emociones, conflictos, deseos que constituyen y subvierten la percepción que tenemos de nosotros mismos y de los demás.

En este número de Tramas proponemos hablar de esta multiplicidad de afectos que trastocan y configuran subjetividades, así como también de las representaciones del cuerpo en el cine, de las modificaciones corporales y los roles que juegan los cuerpos en las narrativas contemporáneas.

Líneas temáticas:

  • Cuerpos afectados por y en el cine
  • Las representaciones del cuerpo y las prácticas corporales
  • Subjetividad del espectador y placer estético e intelectual
  • La experiencia cinematográfica como acto colectivo-individual y su relación con el cuerpo.
  • El goce como pérdida de los límites en el binge watching (o consumo desmedido) vs. ir al cine como experiencia limitada
  • Nuevas narrativas que permiten experiencias ampliadas y rupturas de viejos modelos.
  • Modos de subjetivación a partir del cine.
  • El cine como vía para comprender la complejidad humana.

Para conocer los lineamientos de recepción de artículos, consulte aquí.
Este número temático está planificado para DICIEMBRE 2024

FECHA DE CIERRE DE CONVOCATORIA: 30 DE ABRIL DE 2024

Los artículos deberán enviarse vía correo electrónico a revista.tramas.uamx@gmail.com.